viernes, diciembre 20, 2024
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¿CON O SIN? Estudio revela influencia del vello púbico durante el sexo

¿Ha pensado alguna vez que la presencia o ausencia de vello púbico femenino pudiera afectar a la actividad sexual de la mujer? O quizá, ¿será el nivel de deseo y su actividad
sexual lo que las lleve a depilarse? Lo que parece estar claro es que las mujeres con el hábito de depilar su vello púbico tienen una mayor actividad sexual. Al menos, así lo afirma un estudio realizado en Estados Unidos, encabezado por la ginecóloga Tami Rowen de la Universidad de California en San Francisco.

Como ya confirmaron otros estudios anteriores, la mayoría de las mujeres se arregla el vello púbico utilizando la cada vez más extendida práctica de la depilación. Este nuevo estudio nos ofrece mayor información sobre cómo afecta este hecho a diferentes áreas como la salud pública y la sexualidad. El cuestionario fue contestado, en formato online, por 3.316 mujeres y su muestra es la más representativa en relación a diversidad racial y sociocultural de EE.UU., en comparación con los estudios existentes.

Efectivamente, la mayoría utilizaba la depilación habitualmente, siendo la cuchilla manual el método más utilizado, seguido por las tijeras, la cuchilla eléctrica y la cera. En relación a las zonas más depiladas, la superior del pubis, la peri vaginal y los labios mayores encabezan la lista. La zona perianal sería la gran olvidada, según refleja el estudio.

Actualmente se habla bastante sobre tendencias y modas en relación a la depilación de las zonas íntimas. Por supuesto, el factor sociocultural es de suma importancia. En este novedoso estudio, se realizaba una pregunta muy interesante a aquellas mujeres que solían realizar esta práctica, en relación a qué les motivaba para depilarse y con qué objetivo lo hacían.

Respuesta

“Por higiene” fue la respuesta preferida, seguida “por ser un hábito rutinario” y, por último, “porque así lo preferían sus parejas”, siendo elegida esta última motivación por un, nada desdeñable, 21% de las mujeres que decía depilarse. Considero que esto daría para un nuevo estudio o, al menos, un profundo debate sobre pareja, roles sexuales y género.

He de reconocer que me sorprendió que no estuviera entre las tres primeras motivaciones la respuesta “por estética”, pues tengo entendido que es una motivación habitual entre los hombres para depilarse, ya que el pene parece así mayor y más largo.

En cuanto a si había situaciones específicas que propiciaran esa práctica, sin duda, el sexo se alzaba con el oro, seguida de las vacaciones y las visitas al médico. Todo un detalle para el gremio, por otro lado. Parece, por tanto, que la actividad sexual nos anima para practicar la depilación en nuestros genitales.

Y precisamente ahí, en las consultas médicas, es donde mejor se podría informar sobre esta práctica. La depilación, aunque considerada popularmente un hábito higiénico, puede conllevar riesgos para nuestra salud. Y no se suele promover a nivel médico su realización pues aumenta la probabilidad de infecciones, lesiones en la piel, pelos encarnados e incluso mayor probabilidad de contagio de determinadas enfermedades e infecciones, como es el caso del Virus del Papiloma Humano, transmitido por contacto, no por compartir fluidos.

Y aunque se diga que “donde hay pelo hay alegría”, lo cierto es que cada vez son menos las personas que se resisten a arreglarse el vello y que protejan esas zonas permitiendo que este crezca con naturalidad. Si nació ahí, por algo será y alguna función tendrá, se cuestionan.

Y así es, pues el vello protege la zona que acompaña. Igual sucede con las pestañas y las vellosidades de la nariz u orejas. Algo similar ocurriría con las axilas y el pubis, pues el pelo en estas zonas permite que el aire circule evitando que aparezcan infecciones por exceso de humedad, como hongos, por ejemplo, o se generen otras lesiones en la piel.

Por esta razón, también existen movimientos naturalistas defensores del vello corporal. Motivados no sólo por razones de higiene sino también por cuestiones culturales y de género, resisten a pesar de no ser aceptados por la mayoría de las personas. La necesidad de depilación se podría deber a la asociación pelo y suciedad en nuestra cultura. E incluso, a esta necesidad de sentirse limpio en las prácticas sexuales, precisamente por esta misma asociación de la sexualidad a lo sucio que viene arrastrando nuestra sociedad occidental.

Tipos de depilación

Su libertad sexual comienza por elegir qué hacer con su propio cuerpo. Por suerte, el pelo crece, si no se practican técnicas de eliminación definitiva. Así que pruebe cómo le gusta más y elija.

Ahí van algunas ideas para arreglarse, o no, su pubis femenino o recomendárselo a su pareja, si lo desea.

Brasileña: si duda la depilación más popular pues impide que salga ningún pelillo del bikini, manteniendo una fina franja de vello en el pubis y sobre los labios mayores.

A la europea: donde se quita todo el vello y se deja un poco en el monte de venus. Bastante utilizada por su comodidad aunque conlleva, probablemente, mayor riesgo de infección que la anterior.

Hollywood: así se denomina a la depilación total o integral. Actualmente está muy de moda y, sin duda, el placer es una de las motivaciones para elegir este estilo pues, el contacto directo con la piel, ofrece mayores sensaciones. Por otro lado, ofrece mayores riegos para la salud que las anteriores y no aconsejaría realizar una depilación de este tipo de manera definitiva por esta cuestión, aunque es bastante habitual que se realice. Visualmente también puede desagradar a algunas personas pues la vulva quedaría aniñada al estar libre de vello.

Salvaje: el estilo opuesto al anterior. La belleza en lo natural, no mueva ni un pelo de su sitio. Despreocúpese por ellos y, además, no duele ni pica conservar este estilo, como ocurriría en algunos casos con la depilación. Puede generar morbo o hacerse un guiño a los años 80. Quien sabe, lo mismo vuelve a estar de moda en algún momento.

Creativo: juegue con su vello y sorprenda con dibujos y perfiles en su vello púbico. Un triángulo, un corazón o una flecha invertida que indique el camino a seguir. Todo vale, quizá le haga ilusión a su pareja ver la inicial de su nombre o el escudo de su equipo en su pubis. Todo tiene su público.

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