La situación afecta a pacientes con cáncer, trasplantados,  hemofílicos, renales, entre otras patologías crónicas

Contra la escasez de medicamentos para enfermedades crónicas y terminales,  protestaron pacientes  en la sede   del Instituto Venezolano de Seguros Sociales (IVSS), localizada en Los Ruices, Caracas, Venezuela.

El desabastecimiento de medicinas se ubica en un  85% y  en el país hay 4.000.000 de personas enfermas sin recibir tratamiento y por ende pacientes y sus familiares realizaron la protesta en la que convergieron  quienes padecen mal de Parkinson, hemofilia, cáncer de mama, lupus y esclerosis múltiple. La situación es aún más grave para los trasplantados ya que los medicamentos que regulan su condición, como el Myfortic y la Ciclosporina, brillan por su ausencia.

  Más de 3.500 trasplantados que dependen de estas medicinas para asegurar expectativas de vida, están en riesgo ya que los medicamentos vitales para su condición no son posibles hallarlos en Venezuela, así lo indicó Francisco Valencia, presidente de la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida).

  Por su parte, pacientes renales acotaron que ante el grave déficit de insumos los trasplantes fueron paralizados y que en lista de espera se encuentran al menos cinco mil personas. De igual manera se conoció que en el hospital “José Manuel de los Ríos” ubicado en San Bernardino de la capital caraqueña,  la escasez de reactivos es de 97% en ese  centro hospitalario. “No  hay ni siquiera para hacer exámenes de orina”, afirmó una trabajadora de esa institución. Igualmente se reportó escasez en la producción de retrovirales, que también son de alto costo y además son adquiridos bajo convenio internacional. Familiares de pacientes afirman que no ha sido emitida ninguna orden de compra por parte del gobierno nacional y advirtieron que en caso, que emitan alguna, los trámites burocráticos son tardíos, mientras la vida de los pacientes corre peligro.

Ante la escasez, el sector farmacéutico se ha visto tan afectado que algunos empresarios decidieron  cerrar sus puertas, porque se quedaron sin medicamentos que vender.

La difícil situación ha desencadenado que muchos pacientes  suspendan sus tratamientos y que los nuevos pacientes no tengan  acceso a poder iniciar sus terapias; los médicos continúan  verificando  anomalías para diagnosticar la falta de insumos en cuanto a los reactivos para las pruebas hematológicas, las pruebas químicas, los contrastes para las pruebas imagenológicas. Todo eso va a retrasar o bien el diagnóstico o los procesos de control que permiten evaluar la evolución que está teniendo el paciente.