Crean la primera sangre artificial para salvar miles de vidas en zonas de guerra o catástrofes
Investigadores de la Universidad de Washington han creado los primeros glóbulos rojos artificiales fáciles de almacenar y transportar y que, simplemente con mezclarlos con agua, podrían salvar miles de vidas en zonas de guerra o catástrofe donde las transfusiones de sangre se hacen imposibles.
El estudio, llamado ErythroMer, ha sido presentado durante la primera jornada de la 58 reunión de la Sociedad Americana de Hematología (ASH, por sus siglas en inglés), que reunirá hasta el próximo martes a 27.000 especialistas en esta materia.
Los nuevos glóbulos rojos están diseñados para emular las funciones vitales de los naturales con lo que, de confirmarse su utilización segura para seres humanos, podrían representar una alternativa a las transfusiones especialmente valiosa en zonas y situaciones donde la sangre es difícil de obtener o almacenar.
Asimismo, estas células están concebidas para ser liofilizadas, almacenadas a temperatura ambiente y reconstituidas simplemente con agua cuando sea necesario. «ErythroMer sería un sustituto de la sangre que un médico puede llevar en un paquete consigo y, literalmente, sacarlo, añadir agua e inyectar», explicó el autor principal del estudio Allan Doctor, de la Universidad de Washington.
Según el experto, actualmente no hay medios «simples y prácticos» para hacer una transfusión fuera de los hospitales, y uno de los objetivos claves de esta investigación es «la reanimación de víctimas civiles en lugares remotos y soldados heridos sin acceso a una evacuación oportuna».
Las pruebas realizadas hasta la fecha hacen pensar a los investigadores que ErythroMer ha superado las barreras que obstaculizaron el desarrollo de otros sustitutos anteriores de la sangre, incluyendo la eficacia y el estrechamiento de los vasos sanguíneos.
De momento, solo se han realizado en ratones, aunque el equipo encargado del estudio del St. Louis Children’s Hospital, el Children’s Discovery Institute y el Skandalaris Center, estos últimos en la Universidad de Washington, así como el BioSTL Fundamentals Program, harán pruebas en animales más grandes.
Además, los investigadores están buscando métodos para aumentar la producción y, si las pruebas adicionales van bien, se estima que ErythroMer podría estar listo para su uso en 10 o 12 años. Los ensayos, realizados en asociación con el doctor Greg Hare, de la Universidad de Toronto, consiguieron reanimar a animales en estado de shock por la pérdida de un 40 por ciento de su volumen sanguíneo. Y es que las células artificiales captan el oxígeno en los pulmones y lo liberan en los tejidos, las dos principales funciones de los glóbulos rojos.
Los científicos han constatado como ErythroMer coincide con esta característica de los glóbulos rojos humanos en un 10 por ciento, un nivel que, aseguraron, debe ser suficiente para estabilizar a un paciente con sangrado hasta que se le pueda realizar una transfusión de sangre.