En el improvisado matadero se contabilizaron unos 220 restos ya quemados de burros

El hallazgo se produjo en la zona rural conocida como Espino, ubicada a pocos kilómetros de Valle de La Pascua, estado Guárico, Venezuela.

La viveza y astucia del venezolano no conoce limites; ante la falta de carne de res y el alto precio de la misma; existen personas inescrupulosas que se dan a la tarea de vender al consumidor carne de burro por carne de res.

Tal es el caso de  Antonio Segundo Mayorga Herrera (60) y Nataniel Teodoro Mayorga (21), quienes fueron encontrados de manera flagrante en una zona boscosa de la Carretera Valle de La Pascua-Espino, cuando realizaban labores en un improvisado matadero en  el que laboraban de manera clandestina.

Los detenidos se dedicaban a la caza y matanza de burros  o asnos, para comercializar la carne; acciones que emprendían sin el menor requisito sanitario. Afortunadamente vecinos conocedores de la actividad ilegal, dieron aviso a las autoridades quienes se apersonaron al sitio y detuvieron la actividad ilícita, aprehendiendo a los implicados y llevándolos hasta los máximos organismos de autoridad venezolana.

Es importante destacar que el consumo de carne de burro   implica riesgo para la salud porque los burros carecen de vacunación. Se exponen a cuadros virales y presume que se generen problemas de salud a largo plazo.

Comer carne de burro puede ser un riesgo para la salud de los humanos de no cocinarla por completo, ya que existe la posibilidad de que el animal portara al momento de su muerte alguna enfermedad infecciosa, explicó Orlando Gómez, veterinario de fauna silvestre en el Zoológico Metropolitano del Zulia. “Podría generar enfermedades intestinales”.