Inmigración venezolana se incrementa en Roraima, Brasil
Venezolanos huyen a Brasil en busca de oportunidades
Debido a la crisis que atraviesa Venezuela, sus habitantes han decidido emigrar a países vecinos, en busca de un mejor futuro, en torno a esto, Brasil es una opción, por lo que en Pacaraima un municipio en Roraima, el Estado más al noreste de Brasil; la región ha sido sacudida en los últimos meses por un torrente de inmigrantes venezolanos que cruzan la frontera de Roraima con la esperanza de que Brasil les ofrezca una vida mejor, o al menos trabajo o comida. La mayoría llega a través de Pacaraima y echa a andar hacia Boa Vista, la capital; en el camino, viven de donativos, de trabajos sueltos o de mendigar. Freiomar Viana, de 41 años, se trajo a la familia de Caracas a Brasil hace un año y ahora ya no le ve sentido a dejar su trabajo en una cafetería de Boa Vista. «Con un salario venezolano uno no puede comer más de tres días. Si tienes familia, ¿cómo vas a mantenerla?
En Pacaraima muchos ya estaban acostumbrados a las idas y venidas de los venezolanos, que llegaban desde su país, compraban productos de primera necesidad y volvían. Pero ahora los visitantes ya no regresan y es común verlos malviviendo en las calles del municipio. El Gobierno del Estado contó hasta 177 venezolanos en situación precaria por las calles, el pasado agosto. En diciembre, la ciudad decretó un estado de emergencia para la salud pública.
Es una situación insólita también para los venezolanos, que vienen de un país acostumbrado a recibir migrantes y no a lo contrario, según Francilene Rodrigues, profesora de estudios sobre fronteras de la Universidad Federal de Roraima. Pero en cuanto comenzó la presidencia de Hugo Chávez en 1999 se inició también el nuevo movimiento migratorio: la clase media empezó a irse a Estados Unidos y España. Después empezaron a irse los más pobres. «Y a partir de 2010 el proceso se recrudece», recalca Rodrigues. «El alto coste de la vida en Venezuela, más la caída del precio del petróleo ha hecho estragos con la economía del país».
Los gobernadores de Roraima no pueden deportar a los inmigrantes porque su legislación se los prohíbe. La fiscalía estadal exigió que se les diera cobijo a los menores de edad que llegaban desde territorio venezolano. Autoridades de esa localidad informaron que no están en situación financiera que les permita asumir la responsabilidad de esas personas.