Jennifer López agita el voto contra Trump
Sonaba el clásico de Aretha Franklin Respect y Jennifer López gritó: «¡Vamos a tener a la primera presidenta de Estados Unidos!». Hillary Clinton aún no había salido al escenario y unas 7.000 personas jaleaban a la estrella emergida del Bronx. López actuó gratis en Miami para pedir el voto por la demócrata. La acompañó su ex Marc Anthony, que soltó un breve discurso de orgullo latino: «Cuando el establishment se de cuenta de nuestro poder, no se van a meter nunca más con nosotros».
El espectáculo de López, con unos tacones vertiginosos, botas altas como rascacielos y un vestido rojo de falda corta, contó con un vídeo en la pantalla gigante de referencias feministas y demócratas. Ella cantaba y se movía con su gimnasia de glúteos marca de la casa mientras pasaba por detrás un abanico de imágenes que iban desde Michelle Obama y de Hillary Clinton (fotos y más fotos) a Lady Di o grupos de trabajadoras del siglo pasado en blanco y negro.
La candidata demócrata salió al final del concierto a saludar con Anthony y López. «Quedan 10 días para las elecciones más importantes de nuestras vidas», dijo y llamó encarecidamente al voto. «Si salimos a votar, ganaremos». Las encuestas le dan más de cuatro puntos de ventaja sobre Trump a nivel nacional pero para el estado de Florida, que puede desnivelar la balanzar a uno u otro lado, hay sondeos que la ponen por delante a ella y otros al controvertido constructor neoyorquino.
«Os imploro que salgáis a votar», dijo con sinceridad perentoria el candidato al Congreso Joe García en los discursos que calentaron el ambiente antes de empezar el concierto.
Los teloneros de JLo (acrónimo de la cantante) fueron los cubanos Gente de zona. Partidarios de Clinton, reflejan una actitud desapegada de la lealtad que juraron los cubanos de Miami al Partido Republicano durante la Guerra Fría y el fidelismo. A unos cientos de metros estaba la Torre de la Libertad, el edificio que sirvió en los sesenta de centro de recepción de los exiliados de la isla y donde fue despedida al fallecer la Reina de la salsa, Celia Cruz.
En la interminable fila de entrada al anfiteatro donde se celebró el concierto, predominaban los latinos y el inglés se encabalgaba con el español a velocidad de carrera hípica. «Jennifer puede inluenciar mucho en el voto de nosotros los hispanos porque Trump is gonna make a wall [va a hacer un muro] y Hillary nunca haría eso», decía una precoz voluntaria de campaña de 12 años, Anabelle.
«¡AY!, ¡me friquié porque no tenía los tiquetes!», saltaba Freddy (18 años), antes de sosegarse para glosar la figura de López: «Ella tiene el paquete completo: canta, baila, actúa y es, ¿cómo se dicen español?, very successful [muy exitosa] en los bisnes». «Yo estoy enamorada de ella», decía su hermana Valeria, de 16 años. «Jennifer es unique [única]». Los hermanos estaban haciendo cola y zampándose una pizza con otros dos amigos. Uno decía como si tal cosa que quería ser «presidente de los Estados Unidos» y el otro se quejaba de que aún existían «muchos blancos que se siente dueños del país. Pero dicen que en 2050 seremos mayoría los latinos y los negros».