Los siete hombres, autores de delitos entre los años 1991 y 2000, cometieron  horribles crímenes y  su muerte es la mejor manera de lograr justicia para las víctimas.

La muerte de los siete hombres en un lapso de once días se debe a que la justicia de Arkansas puede quedarse sin un fármaco necesario para la aplicación de la inyección letal.

La juez federal Kristine Baker debe decidir si permite que Arkansas  ejecute a partir del próximo lunes a siete presos en un plazo de once días. La precipitada decisión se debe a que el venidero mes de mayo caducará la reserva del medicamento midazolam; uno de los tres componentes utilizados para matar a una persona mediante una inyección letal.

El Tribunal Supremo del estado de Arkansas  avaló el uso del midazolam, que se ha extendido después de que los Estados se quedaran sin pentotal sódico, el anestésico que se usaba para dormir al prisionero antes de inyectarle en la vena las otras dos sustancias que acaban con la vida: el bromuro de pancuronio, que paraliza todos los músculos y corta la respiración; y el cloruro de potasio, que detiene el corazón, provocando por tanto la muerte. El midazolam, es un sedante que supuestamente es igual a la  benzodiacepina de efecto más rápido.

La conspiración entre  fabricantes europeos y estadounidenses ha limitado en los últimos años el acceso a sustancias para ejecutar a los prisioneros. Los 32 Estados de los estados Unidos que permiten la pena de muerte se han visto obligados a recurrir a fármacos en mercados alternativos o en el extranjero.

En este sentido, la defensa de los privados de libertad argumenta que el escaso tiempo entre las ejecuciones supone un castigo cruel, pudiendo conllevar a complicaciones médicas y dificultando el derecho a la defensa legal. “Nuestro país no participa en ejecuciones masivas”, dijeron los abogados. “El calendario de ejecuciones no respeta la dignidad del condenado”.

Condenas a muerte en USA en su nivel mas bajo

Veinte personas han sido ejecutadas en lo que va de año, la cifra más baja desde 1991. Un 49% de las personas respaldan las ejecuciones y un 42% se oponen a ellas, según una encuesta de Pew Research.