Fitzpatrick, les invitó a «participar en una conversación productiva sobre formas en las que resolver la crisis económica y humanitaria en Venezuela».

La nación estadounidense tiene la esperanza de que la sesión deje buscar varias maneras para solucionar la situación que se vive en Venezuela, teniendo en cuenta que el gobierno de Nicolás Maduro ya no tiene respaldo ni poder en la institución, además, que una gran variedad de países se dirige por medio de una voz liderada por Washington.

Un funcionario americano de alto rango, que pide lo mantengan en anonimato, habló de esta manera antes que el Consejo Permanente de la OEA haga una sesión extraordinaria para tratar a Venezuela, que es solicitada por 18 naciones más, para hablar del tema que se vive en el país latino. Esta invitación es precisamente la que molesta mucho al gobierno socialista.

Este informante incógnito piensa que la manera en que se hace política en el país caribeño ya no es la misma de antes, así como se ve reflejada en la declaración que fue avalada por 14 estados que forman arte de la Organización de Estados Americanos (OEA) en donde lo integraba EE UU, en donde le invitaron a Caracas, para establecer un calendario electoral y también dejar libres a los presos políticos como ya lo han pedido anteriormente.

«Los 14 países que firmaron la declaración de la semana pasada representan más del 90 % de la población en el hemisferio, y están hablando juntos con una sola voz», declaró el funcionario vía teléfono.

«Hemos visto una evolución de la preocupación en la región respecto a la situación en Venezuela. También está claro, dentro del contexto de la OEA, que Venezuela ha perdido la mayoría que le daba poder de bloqueo» indicó.

Esto se confirma, según la fuente, sobre un silencio insoportable que se escuchó luego del discurso que dió el lunes en la sede de la organización, la canciller asignada por el gobierno de Maduro, Delcy Rodriguez, quien expresa en varias oportunidad que sufren de grandes acciones injerencistas de varias naciones.

La fuente añadió que: «Hubo muy poco apoyo en la sala a lo que dijo, y no hubo nada nuevo, francamente, en lo que dijo».

Casi todos los embajadores de la OEA de los países que representan y son miembros decidieron no vociferar su opinión al respecto y por ese motivo se quedaron en total silencio el lunes, a excepción de Bolivia y Nicaragua, que dijeron sienten solidaridad por el pueblo venezolano.

Finalmente Michael Fitzpatrick invitó al gobierno de Maduro que deje el rechazo hacía la sesión de la OEA y: «participar en una conversación productiva sobre formas en las que resolver la crisis económica y humanitaria en Venezuela».